Plaza Mayor, junto a La Catedral de Cuenca

Conoce la historia de La Catedral de Cuenca

La catedral de Cuenca es uno de los edificios más particulares de la Edad Media española y mucho se ha escrito acerca de ella para explicar su presencia en estas tierras Castilla y La Mancha. Cuenca fue conquistada por Alfonso VIII de Castilla en el año 1177. A continuación, la Mezquita fue cristianizada como era habitual hasta que se pudieran acometer las obras de un templo ex-novo de tipología cristiana. Se estudia que esto debió suceder entre diez o veinte años después. En 1208 se había consagrado el Altar Mayor por lo que la cabecera debió estar construida completamente para esa fecha.

Interior de La Catedral de Cuenca

Interior de La Catedral de Cuenca

El caso es que se trata de un edificio que, salvo peculiaridades y simplificaciones, se puede incluir en la categoría de Primer Gótico francés, es decir, perteneciente a esa corriente del siglo XII previa al gótico clásico y que tiene sus mejores exponentes en catedrales francesas como Laon, Soissons y París. En el momento de comenzarse a construir la catedral, el estilo imperante en los reinos cristianos era todavía el románico, por lo que no nos debe extrañar que fueran los extranjeros de la corte del rey Alfonso VIII quienes introdujeran los aires góticos en nuestra catedral, ya que este era el nuevo orden imperante en la Europa allende los Pirineos.

Exterior de La Catedral

Exterior de La Catedral

La Catedral fue consagrada por San Julián, segundo obispo de Cuenca, en el año 1196 cuando la misma todavía se encontraba en sus inicios. La Catedral fue comenzada por canteros galos entre los años 1182 y 1189 (siglo XII) continuando las obras durante todo el siglo XIII. La Catedral con toda seguridad se construyó sobre la antigua mezquita árabe de la ciudad.

Plaza Mayor, junto a La Catedral de Cuenca

Plaza Mayor, junto a La Catedral de Cuenca

Se considera como la primera catedral gótica realizada en Castilla, siendo consagrada definitivamente bajo la advocación de Santa María en el año 1208 por el obispo Rodrigo Ximénez de Rada.  No obstante, la construcción de la catedral comienza en los finales del románico, por lo que es natural que en la catedral encontremos resistencias románicas frente a las novedades góticas del momento. La planta inicial de la catedral estaba formada por tres naves; a la altura del crucero se transformaba en cinco naves y continuaba formando cinco ábsides, siguiendo las trazas del románico imperante.

En el siglo XV los cinco ábsides fueron sustituidos por una doble girola para aprovechar el desarrollo de las cinco naves de que disponía la catedral. Su nueva planta quedaría formada por una planta de cruz latina, tres naves, doble girola y un profundo presbiterio. El crucero está cubierto por una gran bóveda central de influencia anglonormanda.

Las capillas de las naves laterales fueron construidas en su mayor parte en el siglo XVI en estilo gótico. Su exterior se renovó casi por completo en el siglo XVI y en el siglo XVII se construyó la capilla del Sagrario. Durante el siglo XVIII se reformó tanto la fachada como las torres, dándole al edificio un aspecto barroco. Esta reforma afectó a la fachada principal que había sido mandada construir por el rey Fernando III y que disponía de dos torres góticas gemelas. Las torres de la fachada junto con otras dos torres que tenía la catedral desaparecieron durante un incendio, lo que dio motivo a nueva reforma, que fue llevada en el año 1720 por Juan Pérez y nuevamente reconstruida en 1723 bajo la dirección de Luis de Arteaga.

Ya en el siglo XX y como consecuencia de los daños sufridos por la fachada, al hundirse la torre de las campanas en 1902 por la caída de un rayo, se procedió a su reconstrucción en el año 1910, en lo que es su aspecto actual, una fachada de estilo neogótico obra de Vicente Lampérez. Su aspecto actual confirma que la misma quedó sin terminar.  En la parte más alta encontramos una imagen de San Julián que curiosamente es la única imagen que existe en toda la fachada.

Con la historia de La Catedral, junto a ella, se encuentra un restaurante especializado en carnes a la brasa y platos de primera calidad como es el restaurante Abrasador El Secreto de La Catedral que tiene una ubicación privilegiada con una terraza que mira hacia la Catedral de Cuenca.

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