Qué ver de Cuenca en un día.

Visitar Cuenca es respirar cultura, historia y conocer lugares que desde luego no te dejan indiferente.

Esta visita puede dar mucho de si, por la cantidad de lugares fantásticos que te ofrece esta capital castellanomanchega, pero nosotros te ofrecemos esta guía sobre “qué ver de Cuenca en un día” para que no te pierdas nada si no tienes mucho tiempo.

1. Paseo del Huécar

Te recomendamos la visita a la ciudad dando un agradable paseo por la ribera del río Huécar.

Durante el paseo tendrás vistas a las Casas Colgadas y a los Rascacielos de San Martín, además de disfrutar de un entorno natural mientras oyes el tránsito del río.

Es la mejor manera de comenzar tu día en Cuenca, con las mejores vistas de su casco histórico desde abajo.

2. Los rascacielos del barrio de San Martín

El barrio de San Martín, uno de los más antiguos que visitar en Cuenca, encontrarás unas casas estrechas de gran altura que son conocidos popularmente como rascacielos.

Tienen la entrada por la calle Alfonso VIII y hacia ella presentan tres o cuatro plantas de altura, pero por su parte posterior alcanzan hasta 8 o 9 alturas. Si los miramos desde la orilla del río Huécar parecen como si de unos rascacielos se trataran, de hecho, durante la Edad Media se consideraron como los edificios más altos de Europa.

3. Calle Alfonso VIII

Esta calle es una de los principales accesos al casco antiguo de Cuenca y el nombre que recibe se debe al rey que conquistó la ciudad en el año 1177. Los musulmanes, por entonces, dueños de la ciudad sucumbieron ante las tropas de Alfonso VIII y así los cristianos ocuparon la ciudad conquense. 

Esta calle se caracteriza por su colorido. Su amplia gama de colores en la fachada de los edificios la hacen muy singular a esta calle. Realmente estos edificios son la entrada principal a los Rascacielos de San Martín.

Al finalizar la calle te encontrarás con el arco de entrada a la plaza Mayor.

4. Plaza Mayor

Esta era la antigua Plaza de Santa María, debido a su antiguo nombre y al comercio que se ofrecía en aquella época en el que se celebraba un mercado semanal de venta de capachos, esteras, serones y los pescados provenientes de los ríos de la ciudad, principalmente el Júcar (en la época de los romanos se conocía como río Sucro).

También fue conocida como plaza del Rollo o de la Picota, pues en ella tenían lugar los castigos públicos. La Plaza Mayor fue el escenario de subastas, procesiones o corridas de toros.

Esta plaza se encuentra rodeada de edificios de fachadas de colores, entre los que destaca el Ayuntamiento de estilo barroco y con tres arcos de medio punto, el Convento de las Petras y la impresionante catedral de Cuenca. Además, adosado a la catedral, está el palacio Episcopal que alberga el Museo Diocesano.

5. Catedral de Santa María y San Julián

La Catedral fue el primer edificio que se construyó en Cuenca tras la reconquista.

Se trata de un edificio que, salvo peculiaridades y simplificaciones, se puede incluir en la categoría de Primer Gótico francés, es decir, perteneciente a esa corriente del siglo XII previa al gótico clásico.  En el momento de comenzarse a construir la catedral, el estilo imperante en los reinos cristianos era todavía el románico, por lo que no nos debe extrañar que fueran los extranjeros de la corte del rey Alfonso VIII quienes introdujeran los aires góticos en esta catedral.

El exterior destaca por su enorme fachada gótica que tuvo que reconstruirse en el siglo XX, debido a un derrumbe y aunque el exterior impresiona, el interior no se queda atrás con sus más de 20 preciosas capillas, el Coro, la Sacristía Mayor, la Sala Capitular, el Claustro, el Arco de Jamete y la Torre del Ángel.

Conoce más de esta magnífica catedral aquí.

6. Casas Colgadas

Las Casas Colgadas es decir Cuenca. Su gran baluarte. En plena Hoz del Río Huécar, encima de la carretera que lleva al pueblo de Palomera y justo al otro lado del Parador de Turismo, como si de un cuento de hadas se tratara, se encuentran las Casas Colgadas. 

Su arquitectura es gótica, y responde a los estándares típicos y populares de otras construcciones conquenses.  Es un auténtico símbolo de la villa de Cuenca. Las Casas Colgadas no dejan indiferente a nadie. 

En el año 2016 fueron declaradas Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento, título más que merecido. 

Del conjunto de estas casas sólo tres son visitables: la casa de la Sirena, que aloja un mesón donde degustar la tradición, y las Casas del Rey, que permiten observar elementos originales de construcción en su interior, como la viguería de madera y que albergan, para deleite de todos, «el más bello pequeño museo del mundo”: el Museo de Arte Abstracto Español.

Para tener las mejores vistas de las Casas Colgadas te aconsejamos situarte a la mitad del Puente de San Pablo o desde la subida al Convento de San Pablo.

Puedes conocer más sobre las «Casas Colgadas» aquí.

7. Torre de Mangana

“Imponente”. Ese es el adjetivo que más atribuyen los residentes y visitantes a este monumento histórico. Relatan que cuando los musulmanes ocupaban la ciudad, les servía como punto de cobijo y enclave defensivo debido a su situación.

Más tarde, ya alejado el peligro musulmán, se colocó en la torre una campana que servía para avisar de la llegada de los enemigos, mover la solidaridad de los vecinos en caso de incendio u otra catástrofe y anunciar los acontecimientos importantes de la ciudad o la muerte de personas ilustres. 

Construida sobre las ruinas del antiguo alcázar no sufrió modificaciones de importancia en su estructura hasta el siglo XX, cuando, debido a su deterioro, fue reconstruida dotándola del aspecto neomudéjar.

Aunque es posible que su función inicial fuera la de una torre de defensa y vigilancia, con el paso del tiempo se convirtió en campanil y reloj de referencia para la ciudad.

8. Ruinas del castillo

En la calle Trabuco, muy cerca de la plaza homónima, se pueden ver las ruinas de un antiguo castillo del s. XIII, del que se conserva parte de la muralla y sus torres. Forma parte también de estas ruinas el arco de Bezudo, una de las antiguas puertas de entrada a la ciudad amurallada.

Bajando por el barrio del Castillo, fijate en los ojos que te miran en los montes que pasan por tu derecha, son los «ojos de la mora«, y hace referencia a una leyenda sobre una historia de amor entre una joven mora y un soldado cristiano.

9. Puente de San Pablo

El Puente de San Pablo es el mejor punto para sacar la foto más típica de las Casas Colgadas y otro de los lugares que ver en Cuenca.

Este puente construido en hierro y madera en el año 1902 reemplazó otro antiguo puente de piedra del siglo XVI, que se derrumbó. 

Además de las impresionantes vistas de las casas de la parte antigua de Cuenca, este puente te permite cruzar el río Huécar por la parte más alta gracias a sus 60 metros de altura.

Atravesándolo puedes llegar más fácilmente al Convento de San Pablo, de la orden de los Dominicos, que está situado sobre un promontorio rocoso y es en la actualidad un parador nacional.

10. Paseo por el río Júcar

Para finalizar tu día en Cuenca, te proponemos un agradable paseo por la orilla del otro río que pasa por la ciudad.

Una vez finalices tu visita al casco histórico, puedes hacer este recorrido, que puedes empezar tomando la calle Severo Catalina, en un lateral de la Plaza Mayor donde empieza una cuesta abajo, que pasa por la “cruz del diablo” y llega hasta el santuario de la Virgen de las Angustias, para tomar la cuesta abajo que te lleva al mismo paseo de la ladera del Júcar.

Un vez bajo, puedes seguir el recorrido que te sugieren que es una ruta circular de 7km o bien continuar un breve pero bonito paseo por el río hasta llegar a uno de los puentes que te llevará a la zona baja de la ciudad.

Esta zona baja, es la Cuenca del siglo XX y XXI, donde encontrarás actividad comercial y algún que otro edificio de interés como el de la Diputación.

Después de este interesante día en Cuenca, te sugerimos comer o cenar en Abrasador Finca Embid, a pocos kilómetros de la ciudad y dentro del camping Caravaning Cuenca.

Este restaurante asador en Cuenca, está especializado en carnes a la brasa crianza propia, de ternera añoja y cerdo ibérico de Abrasador.