LA BATALLA DE CONSUEGRA

El Cid en Batalla

El Cid en Batalla

En 1085 Alfonso VI el Bravo, rey de León y Castilla, conquista Toledo, la antigua capital del reino visigodo antes de la derrota del río Guadalete, y a ella traslada su capital, exigiendo a los desgastados reinos de taifas elevados tributos. Alfonso VI se encuentra en su apogeo y se hace nombrar Imperator e incluso Rex Ibericus.

Al año siguiente, el rey decide afianzar su poder en el norte de Hispania y pone sitio a Zaragoza, capital de la taifa del mismo nombre. El emir Yusuf ibn Tasufin desembarca en Algeciras en auxilio de los débiles reyes musulmanes. Alfonso VI, que no está dispuesto a tolerar esta osadía, levanta el cerco de Zaragoza y se dirige al encuentro de Yusuf. El rey sufre una humillante derrota en la batalla de Sagrajas, donde es masacrado al menos la mitad de su ejército: los almorávides rematan a los heridos en combate y agradecen a Alá la victoria subidos a un montón de cabezas de los cristianos.

Pero no es Alfonso VI el único que lucha contra los musulmanes: Rodrigo Díaz de Vivar, conocido como el «Cid Campeador», asola la zona del Turia y se apodera de la plaza fuerte de Valencia (1094) convirtiéndola en capital de un principado que él gobierna. Posteriormente derrota a Yusuf en dos ocasiones: en Cuart de Poblet (1094) y cerca de Gandía, en Bairén (1097) unidas sus tropas a las de Pedro I de Aragón. Pero mientras Rodrigo Díaz lucha en Valencia, un ejército almorávide capitaneado por Mohámmed Ben al-Hach se dirige a Toledo.

El rey decide desafiarlos en Consuegra, pero la escasez de tropas le obliga a pedir refuerzos al Cid.

Rey Alfonso VI

Rey Alfonso VI

La batalla

Con asombrosa rapidez Alfonso reúne sus tropas en Consuegra, instalando su campamento en el castillo; allí se siente seguro, pues desde su torre albarrana, antigua fortaleza romana y posteriormente musulmana, se divisa todo el llano circundante. Manda reforzar las murallas de la ciudad y espera a los almorávides que no tardarán en llegar.

Alfonso VI coloca a Álvar Fáñez, experto comandante de caballería, apoyando a Pedro Ansúrez, cuyos hombres son tropas de élite; después coloca a Diego con las tropas del Cid, las mejor armadas, y manda al conde García Ordóñez que proteja con su caballería la vida de Diego. García Ordóñez era un antiguo enemigo del Cid (según el Cantar de Mío Cid, en una ocasión en que el rey Alfonso había encomendado a éste cobrar las parias al rey de Sevilla, el de Granada, Abdalá, se dirigió a saquearla ayudado por algunos nobles, entre los que estaba García Ordóñez. El Cid salió con todas sus tropas a plantar batalla a Abdalá y tras apresar en ella a García segó con su espada un mechón de la barba, lo cual era ofensa gravísima).

Combate medieval

Combate medieval

La infantería cristiana se dirigió contra la almorávide, apoyado cada contingente por otro de caballería. Los cristianos consiguieron romper las filas de la infantería, pero las alas almorávides, formadas por jinetes, envolvieron a los cristianos. El rey ordenó la retirada y, mientras en el flanco izquierdo se replegaban Pedro Ansúrez y Álvar Fáñez juntos, en el derecho sólo lo hizo García Ordóñez sin ayudar a Diego Rodríguez, quien rodeado por sus hombres, y éstos a su vez por los enemigos, no aguantó mucho más y cayó muerto.

Alfonso VI se refugió dentro de la ciudad, que no tardó en caer, y se retiró al castillo, un bastión inexpugnable en lo alto de un cerro. Tras ocho días de sitio, sin agua, ni apenas comida, y con solo unas centenas de hombres, Alfonso VI resiste el asedio de los moros que intentan escalar sus murallas. Tras el octavo día los almorávides, diezmadas sus tropas, sofocados por el calor y temiendo la llegada de refuerzos cristianos, levantan el sitio y se retiran.

Muerte de Diego

Las crónicas apenas mencionan cómo fue el fallecimiento de Diego, solo aseguran que quedó muerto sobre el campo de batalla. El choque fue un desastre para Alfonso, que tuvo que retirarse con su gente al castillo y repeler durante ocho días el asedio enemigo. Los almohades se retiraron porque estaban fatigados y temían la llegada de refuerzos cristianos. Pero aún hay más.

Dicen que la muerte de su hijo influyó tanto en el Cid que contribuyó a su fallecimiento dos años después. Cierto o no, hasta 1921, en que  el cuerpo de Rodrigo fue trasladado a la Catedral de Burgos, padre e hijo reposaron juntos en el monasterio de San Pedro de Cardeña.

Estatua de Diego Rodríguez de Vivar

Consuegra Medieval 

Es una recreación histórica basada en el evento anteriormente mencionado, la batalla campal que tuvo lugar el 15 de agosto de 1.097 en la ciudad de Consuegra.

Tomando como punto de partida este hecho real y con motivo de la conmemoración del noveno centenario del evento en el año 1.997, se inició la recreación parateatral de la “Batalla Medieval de Consuegra”.

Entorno a esa fecha las calles de Consuegra y su castillo, se ambientan y transportan a la época en que ocurrieron los hechos históricos. Todo por voluntarios consaburenses que participan.

Representación Consuegra Medieval

Representación Consuegra Medieval (foto www.consuegramedieval.com)

Si decides ir por estas fechas a disfrutar de Consuegra Medieval y el hambre aprieta, puedes degustar las mejores carnes a la brasa y platos de la cocina local en Abrasador Canela y Limón del Pesca, en la misma plaza de España.

Fuentes:

Ayuntamiento de Consuegra

www.consuegramedieval.com