Qué ver de Murcia en un día

XVIII MATANZA TRADICIONAL DE CASA PEPE

Los 8 platos más típicos de Ciudad Real

Conociendo el castillo y el cristo de Monteagudo

Santuario de la Fuensanta en Murcia

10 cosas que ver en Murcia

Menús Navidad 2021 Abrasador Cánovas

Catedral de Murcia, clave en el Barroco Español

Historia de la Gran Vía del escultor Salzillo

La calle con más afluencia de personas en Murcia ha cambiado la historia de la ciudad y ha provocado una vida más cómoda para los murcianos y turistas. La Gran Vía Escultor Francisco Salzillo, conocida como la Gran Vía, fue un proyecto aprobado por el Ayuntamiento el 29 de Abril de 1949 tras derribar cientos de edificios del casco antiguo, incluidos los baños árabes de Madre de Dios, declarados en Monumento Nacional en 1931.

Esta calle se construyó para conectar el norte con el sur de la ciudad desde la plaza Fuensanta, al norte, hasta la plaza Martínez Tornel, al sur, junto al río Segura. Tardó más de 50 años en construirse, ya que sus primeras obras se remontan a comienzos del siglo XX y tan sólo se había expandido hacia el otro margen del río Segura a través del barrio del Carmen.

Fue a comienzos de los años cuarenta cuando se retomó la idea, aparcada por el estallido de la Guerra Civil Española, de comunicar las dos estaciones ferroviarias de Murcia (del Carmen y Zaraiche), situadas en los extremos sur y norte de la ciudad, seccionando en dos (llamada Y por su construcción), la antigua trama del casco antiguo.

Baños Árabes Madre de Dios

Baños Árabes Madre de Dios

Baños Árabes Madre de Dios

Se aprovechó su mal estado de conservación para ser derribados en 1953 por orden del alcalde Domingo de la Villa, tras unos derrumbes que se achacaron a la lluvia. Este derribo fue muy polémico a pesar de la censura de la dictadura. Sin los Baños Árabes, la Gran Vía pudo ser abierta a partir de 1954, y hasta 1956 no se encontraría completamente despejada, iniciándose los trabajos de alcantarillado y pavimentación.

Metamorfosis del nombre y construcción

Gran Vía Francisco Salzillo

En un primer momento fue denominada como Avenida de José Antonio, siendo renombrada como Gran Vía Francisco Salzillo tras la llegada de la democracia. Actualmente se compone de dos carriles habilitados para turismos en un solo sentido de circulación, hacia el sur (algo que fue instaurado por el primer alcalde de la democracia, José María Aroca Ruiz-Funes), y también de un carril a cada orilla de la avenida para autobuses, taxis y bicicletas en ambos sentidos. Dispone de anchas aceras y de arbolado en el tramo entre la plaza Fuensanta y la plaza Santa Isabel.

Edificios de la Gran Vía

Banco de España

Banco de España

La mayoría de bloques surgieron entre los años 50 y 60, y con la excusa de construir edificios singulares muchos pudieron elevarse hasta 16 alturas, cuando las ordenanzas estipulaban entre 8 y 12. Entre los más valorados están los neoclásicos Banco de España y Delegación de Hacienda, edificado entre 1926 y 1931 (antes de la apertura de la Gran Vía, por los arquitectos Luis Menéndez-Pidal y Álvarez y José Yarnoz Larrosa, o la historicista Delegación de Hacienda (iniciada en 1952), el Banco Exterior, la sede de Cajamurcia y la mole del Vitalicio (hoy Hispania), con la dama de Valdés a sus pies.

Mismo estilo que los primeros edificios de viviendas que se fueron levantando en la nueva avenida, como el Edificio del antiguo Banco Rural Mediterráneo (del arquitecto Damián García Palacios, iniciado en 1955), o el del Banco Exterior.

Después se optó por una recuperación de los esquemas del movimiento moderno en las siguientes construcciones, postulados que se habían abandonado 20 años antes. Dentro de la arquitectura contemporánea, destaca la antigua sede de Caja Murcia, del arquitecto Torres Nadal, de 1978.

Una vez alejado del bullicio de la Gran Vía se encuentra una de las pedanías murcianas, Casillas, en el que se ubica un restaurante referente (36 años de trayectoria) para Murcia como es Restaurante Abrasador Canovas que se ha distinguido en su trayectoria por la calidad de su carne a la brasa tanto de ternera añoja y cerdo ibérico, así como sus arroces entre otros platos.

Interior renovado del salón restaurante Abrasador Canovas

Interior renovado del salón restaurante Abrasador Canovas

RESERVAS

Murcia, ciudad de los Palacios

La región de Murcia es conocida en el territorio español por su exquisita y valorada huerta y por numerosos monumentos que atesora en la ciudad que da nombre a la capital de la región y además se ha convertido en un referente tanto para adultos y jóvenes a la hora de visitar la ciudad por la diversidad y variedad de monumentos qué visitar y su atractiva gastronomía saludable. Murcia atesora hasta 109 palacios y a continuación destacaremos los más importantes.

Catedral de Santa María

Catedral de Santa María

Catedral de Santa María

Sin duda, el gran atractivo de la ciudad tiene nombre y apellidos desde hace muchos años: Catedral de Santa María. Ubicada en pleno casco histórico de la ciudad, en la plaza de Belluga, este emblemático edificio se empezó a construir sobre una mezquita en siglo XIV y se terminó con su famosa torre en el SXVIII y es por ello por lo que tiene diferentes artes como el gótico, barroco y renacentista.

Su fachada es principalmente barroca ya que fue una obra maestra del barroco levantino español y el interior de la catedral es de arte gótico, donde destacan la Capilla de los Vélez y la Capilla de Junterones de un total de veintitrés. La Catedral cuenta con un renovado museo (Museo de la Catedral de Murcia) en el edificio que antaño fuera el claustro y en el que se exhibe el tesoro catedralicio.

Palacio Episcopal

Palacio Episcopal

Palacio Episcopal

Sin movernos de esta bella y conocida plaza, se encuentra el Palacio Episcopal. Fue construido en el siglo XVIII y en la actualidad es uno de los monumentos más más importantes del patrimonio monumental de la ciudad de Murcia. Es Bien de Interés Cultural desde 1992. El Palacio Episcopal es un magnífico ejemplo del estilo rococó, de planta cuadrada, entre italiano y francés de sobrios volúmenes y delicada gracia decorativa evidente en sus bellas portadas.

Siguiendo en el casco histórico de la ciudad de Murcia, uno de los monumentos más importantes de Murcia es el Monasterio de Santa Clara la Real, construido entre los siglos XV y XVIII y en cuyo interior se encuentran los restos del al-Qasr al-Sagir (Alcázar Seguir), un palacio árabe del siglo XIII del que se han recuperado la alberca, los arriates y parte del salón norte (visitables a través del Museo de Santa Clara), destacando también un claustro gótico final.

Interior del Palacio Episcopal

Interior del Palacio Episcopal

Por todo el casco antiguo se alzan numerosas iglesias o conjuntos monásticos de gran valor. Además de las construcciones góticas ya señaladas como la Catedral o el Monasterio de Santa Clara, destaca la antigua Ermita de los Pasos de Santiago, con artesonado mudéjar.

Palacio de San Esteban y numerosas iglesias

Palacio de San Esteban

Palacio de San Esteban

De la época renacentista en Murcia destaca el Colegio de San Esteban, primer colegio jesuita en España comenzado en 1555 y sede actual del Gobierno autonómico bajo el nombre de Palacio de San Esteban, del que destacan su iglesia y claustro. De principios del siglo XVII encontramos la Iglesia de San Pedro y el claustro del antiguo Convento de la Merced.

Dentro del barroco murciano desarrollado principalmente durante el siglo XVIII, hay que reseñar desde los primeros ejemplos de finales del XVII y principios de la siguiente centuria como la Iglesia de San Miguel, el Convento de las Agustinas del Corpus Christi o las iglesias de los ya referidos conventos de la Merced, Santo Domingo o Santa Ana; hasta las posteriores iglesias de influencia rococó (tras el impacto que supusieron las obras de la fachada principal de la Catedral en la ciudad) como el Carmen, San Nicolás de Bari, Santa Eulalia y San Juan de Dios.

Las tendencias neoclásicas llegaron a la ciudad de la mano de la Iglesia de San Juan Bautista, además de las iglesias de San Lorenzo y San Bartolomé, adentrándose estas dos últimas en el siglo XIX, completándose San Bartolomé con fachada y nave historicista.

Con todo, las numerosas visitas a estos monumentos pueden ir acompañadas de una buena comida o cena en uno de los restaurantes referentes de la ciudad, restaurante Abrasador Cánovas, especialistas en carne a la brasa tanto de ternera añoja como cerdo ibérico de cebo de campo en la que puedes disfrutar de una buena parrillada de carne y arroces típicos de la región de Murcia.