Valle-de-Valderredible

El Valle de Valderredible, una odisea a la naturaleza y al romanticismo en Cantabria

El valle de Valderredible se encuentra en el mismo municipio, siendo este el más extenso y meriodional de Cantabria, abarcando casi 300 km cuadrados. Este valle limita al norte con Valdreprado del Río, al este y sureste con Burgos y al oeste y suroeste con Palencia. Discurre el río Ebro, de ahí que sea catalogado para muchos unos de los paisajes más bonitos de toda Cantabria, debido a que se encuentran numerosos enclaves románticos e iglesias rupestres con mucha historia.

Es por ello que los más románticos eligen este valle tanto por su naturaleza como por sus rutas. Su curioso nombre procede del altomedieval Val de Ripa Ibre, es decir, el valle de la ribera del Ebro, que es el principal protagonista geográfico de la zona.

Otra foto del Valle de  Valderredible en Cantabria
Otra foto del Valle de Valderredible en Cantabria

Se trata de una amplia depresión de unos 30 kilómetros de longitud de oeste a este, recorrida por el Ebro y algunos afluentes como el Mardancho o el Panero, y perfectamente delimitada al sur por el escalón natural que da paso al Páramo de la Lora, y al este por una paramera similar, la de Bricia. Separando ambos páramos, el Ebro ha excavado unas espectaculares hoces para continuar su largo camino hacia el Mediterráneo, siendo este el inicio de los grandiosos cañones del norte de Burgos.

El relieve de Valderredible es por lo demás bastante suave, con montes que sobrepasas los 1.200 metros y accidentan la mayor parte del municipio, mientras el amplio fondo del valle se sitúa en torno a los 700 metros, con una altitud media ligeramente inferior a la de los vecinos valles de Campoo, Valdeolea y el norte de Palencia. Se trata de un paisaje peculiar, muy distinto al resto de Cantabria y mucho más parecido a los valles burgaleses inmediatos. La riqueza del valle se debe, según los expertos, a que en esta zona se concentraron poblamientos humanos desde la época más primitiva. Incluso, desde la Edad Media se construyeron iglesias románicas, como la colegiata de San Martin, allá por el siglo XII, que aún conserva restos de la antigua iglesia mozárabe en unos arcos del cementerio. Esta iglesia es una de las máximas exponentes del románico en Cantabria

(Imágenes cedidas por asrteguias.com)

Colegiata románica de San Martín de Elines
Colegiata románica de San Martín de Elines

En el recorrido por pleno valle del Ebro, entre el Valderredible y el de Valdeola se pueden encontrar los diferentes monumentos: Iglesia rupestre de San Acisclo y Santa Victoria Arroyuelos, Iglesia románica de San Juan Bautista de Villanueva de la Nía, Iglesia románica de Santa Leocadia de Castrillo de Valdelomar, Iglesia rupestre de Santa María de Valverde, Iglesia rupestre de los Santos Justo y Pastor de Olleros de Pisuerga, Iglesia románica de Santa María de Retortillo, Iglesia románica de Santa María la Real de Las Henestrosas de las Quintanillas.

Iglesia románica de Santa Leocadia de Castrillo de Valdelomar
Iglesia románica de Santa Leocadia de Castrillo de Valdelomar
Iglesia románica de San Juan Bautista de Villanueva de la Nía
Iglesia románica de San Juan Bautista de Villanueva de la Nía
Iglesia rupestre de San Acisclo y Santa Victoria Arroyuelos
Iglesia rupestre de San Acisclo y Santa Victoria Arroyuelos

A pesar de la riqueza del valle, sin embargo, la relativa cercanía al País ha  provocado que muchos de sus antiguos vecinos y descendientes hayan arreglado sus casas del pueblo para pasar los fines de semana y sobre todo, las vacaciones de verano, cuando el valle asiste a una auténtica resurrección, con fiestas en muchos de sus pueblos. Por ello, aunque el valle ha quedado casi despoblado, por lo menos las casas se han conservado y los pueblos no han quedado abandonados como en otras regiones de España.

En plena Alta Edad Media surgieron las iglesias rupestres de Arroyuelos, Campo de Ebro y Santa María de Valverde, de estilo mozárabe y de repoblación. En Ruanales podemos admirar un grabado faliforme de la Edad de Bronce (gran falo grabado sobre una roca a dos metros de altura) y el «abrigo rocoso del Cogular«, que pertenece también a la edad del Bronce y presenta pinturas esquemáticas en negro y rojo, con hombrecillos y arborescentes, además de figuras ecuestres.

RUTAS

En este valle hay diversas rutas asequibles para realizar durante el Valderredible. No obstante, hay uno que destacan del resto por su belleza y facilidad para completarlas. El paseo desde Polientes hacia la localidad de San Martin de Elines, donde se encuentra la famosa Colegiata Románica de San Martín de Elines, uno de los monumentos más emblemáticos del valle.

Es un camino muy cómodo que parte tras pasar una nave de ganado, desde Arenillas de Ebro hasta llegar hacia Villota. Hay que seguir de frente y no optar por la carretera de la izquierda que cruza con el Ebro. Pocos metros después, en la primera curva a la derecha, dejaremos esta carretera y entraremos a la izquierda por otra pista asfaltada, la cual nos lleva directamente a San Martín de Elines. Acto seguido, se llegará al pueblo de Ruerrero, que se distingue por su torre medieval levantada en plena localidad.

Finalmente se enfrentará a una bifurcación de pistas: de frente se sigue al barrio oriental de San Martín de Elines. Pero a nosotros nos interesa el barrio más occidental, donde se encuentra la maravillosa Colegiata de San Martín de Elines.

Todos estos pueblos en los que se pasa es recomendable hacer una parada para contemplar su historia y su belleza paisajística del valle que ofrece otra perspectiva.

GASTRONOMÍA

Las patatas y las setas son los productos más destacados de la gastronomía de Valderredible. El cultivo de patatas es aquí muy abundante, con una producción pequeña pero de extraordinaria calidad.

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